Personajes de las escrituras

Moroni

Biografía de Moroni, el profeta y caudillo que finalizó el registro del Libro de Mormón y que volvió como ser resucitado para entregarlo a José Smith.

Moroni

Moroni fue el último profeta en escribir en el Libro de Mormón, y fue quien completó el registro iniciado por su padre, Mormón, selló las planchas de oro y las escondió en el cerro de Cumorah. Cientos de años después, como un ser resucitado, visitó al joven José Smith y le instruyó sobre la manera de obtener estas planchas y comenzar la traducción que hoy conocemos con el nombre de el Libro de Mormón.

El profeta Moroni

Moroni, como hombre mortal, fue el último autor del Libro de Mormón, quien enterró las planchas de metal sobre las que se registró unos 421 años después del nacimiento de Cristo. Siguió los pasos de su padre, Mormón (de quien toma su nombre el Libro de Mormón) como poseedor de un registro antiguo que detalla la historia y la eventual destrucción de su pueblo, los nefitas, por sus enemigos, los lamanitas. Moroni sirvió como general bajo su padre, que era el jefe de todos los ejércitos nefitas, durante la campaña militar final de su pueblo. Solo él y un puñado de otros sobrevivieron. Moroni se quedó solo y describió su situación: «Mi padre ha sido muerto en la batalla, y todos mis parientes, y no tengo amigos ni adónde ir» (Mormón 8:5)).

A pesar de estar solo, Moroni vivió durante al menos 36 años después de la destrucción de su pueblo. Durante este tiempo, terminó el registro de su padre al describir la batalla final e incluir algunas cartas que su padre le había escrito. Como Moroni le dice adiós al lector varias veces, se presume que no esperaba que el Señor preservara su vida por tanto tiempo. Moroni además resumió el registro de los jareditas (una nación que llegó a las Américas en la época de la Torre de Babel y se destruyó antes de que llegara la gente de Moroni) en lo que se conoce como el Libro de Éter.

Por último, Moroni escribió el segmento conocido como el Libro de Moroni. En éste él proporciona detalles sobre la organización de la iglesia de Cristo. También incluye dos epístolas más de su padre, Mormón, que contienen sermones sobre la fe, la esperanza y la caridad. En el último capítulo del libro, Moroni deja al lector con una exhortación y una promesa:

«He aquí, quisiera exhortaros a que, cuando leáis estas cosas, si Dios juzga prudente que las leáis, recordéis cuán misericordioso ha sido el Señor con los hijos de los hombres, desde la creación de Adán hasta el tiempo en que recibáis estas cosas, y que lo meditéis en vuestros corazones. Y cuando recibáis estas cosas, quisiera exhortaros a que preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosas; y si pedís con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo fe en Cristo, él os manifestará la verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo; y por el poder del Espíritu Santo podréis conocer la verdad de todas las cosas». (Moroni 10: 3-5])

El ángel Moroni

En la Biblia, en Apocalipsis 14:6 dice «Y vi otro ángel volar en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicar a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo». Si alguna vez has visto un templo mormón, es probable que hayas visto la estatua dorada que adorna los campanarios de la mayoría de estos hermosos edificios. La estatua es conocida como el ángel Moroni. La figura masculina está vestida con una túnica y sopla una larga trompeta de oro que sostiene en una mano. Esta hermosa imagen representa el cumplimiento de la profecía de la Biblia señalada por el apóstol Juan en el Apocalipsis.

Durante la noche del 21 de septiembre de 1823 Moroni, ya para entonces un personaje resucitado y glorificado, visitó al joven José Smith como mensajero celestial enviado por Dios. Moroni le contó a José sobre las planchas de oro que él mismo había enterrado 1,400 años antes. El ángel Moroni también recitó una serie de escrituras a José. José describe la visita celestial en la porción de José Smith-Historia de la Perla de Gran Precio:

«No solo tenía su túnica esta blancura singular, sino que toda su persona era gloriosa más de lo que se puede describir, y su faz era como un vivo relámpago. … Cuando lo vi por primera vez, tuve miedo; mas el temor pronto se apartó de mí. Me llamó por mi nombre, y me dijo que era un mensajero enviado de la presencia de Dios, y que se llamaba Moroni; que Dios tenía una obra para mí, y que entre todas las naciones, tribus y lenguas se tomaría mi nombre para bien y para mal, o sea, que se iba a hablar bien y mal de mí entre todo pueblo». (JS-H 1: 32-33)

El ángel Moroni visitó a José repetidamente esa noche y la mañana siguiente, siempre con el mismo mensaje. Durante los siguientes cuatro años, José Smith visitó anualmente el Cerro Cumorah (el lugar donde Moroni había depositado las planchas de oro) y recibió más conocimiento y enseñanzas de Moroni. Después de cuatro años, en 1827, Moroni confió las planchas de oro a José con esta advertencia:

«Que yo [José Smith] sería responsable de ellos; que si permitía que se extraviaran por algún descuido o negligencia mía, sería desarraigado; pero que si me esforzaba con todo mi empeño por preservarlos hasta que él (el mensajero) viniera por ellos, entonces serían protegidos». (JS-H 1:59)

José Smith se empeñó en el trabajo con diligencia y, en 1830, publicó su traducción de las planchas de oro con el nombre de el Libro de Mormón. Cuando se completó la traducción, José devolvió las planchas a la custodia del ángel Moroni.

No se hacen menciones sobre apariciones del ángel Moroni en las escrituras o en los relatos de la Historia de la Iglesia después de este hecho.

Bibliografía

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