El carácter de Absalón, el tercero de los hijos de David, era bastante opuesto a su nombre. El nombre de Absalón es ‘padre de paz’, pero Absalón mismo era rebelde y pendenciero. No obstante, David le amaba en gran manera y su amor de padre permaneció firme y constante aún en los peores momentos e incluso después de su trágica muerte, ocasionada por su rebelión.
La rebelión de Absalón
Absalón, siendo un hijo favorecido y consentido, se rebeló contra su padre David, allegándose partidarios en secreto y tomando el trono por insurrección. La labor de recuperar el trono así arrebatado a David resultó en una guerra cruel. La preocupación de Joab, comandante del ejército de David, por terminar la guerra le llevó a desobedecer la orden del rey y asesinar al hijo insurrecto, lo cual originó gran angustia en David, que clamó en voz alta y lloró su terrible pérdida.
Aunque la guerra había sido ganada y el reino pudo ser recuperado, David consideró siempre el costo demasiado alto. Este fue uno de los grandes problemas que David tuvo que enfrentar en su casa y en su reino tras el pecado cometido con Betsabé.