Las montañas han servido como templos y como lugares donde Dios se ha reunido con su pueblo a lo largo de las Escrituras. Dios le dio a Moisés la Ley en la cima del monte Sinaí, y Moisés ordenó que se construyera un altar en la cima del monte Ebal cuando los israelitas entraron en la Tierra Prometida. Aunque Dios no permitió a Moisés entrar en esa tierra tan esperada, sí le permitió verla desde el monte Pisga. A continuación se presentan varios montes y montañas significativos en las Escrituras:
- Monte Ararat: Ararat (en la actual Turquía), donde se posó el arca de Noé (Génesis 8:4).
- Monte Carmelo: El Carmelo, donde Elías venció a los profetas de Baal (1 Reyes 18:9-42).
- Monte Ebal: Ebal (frente al monte Gerizim), fue donde Moisés mandó construir un altar después de que los hebreos entraran en la Tierra Prometida.
- Monte Gerizim: Gerizim, donde Jesús habló con la mujer samaritana en el pozo (Juan 4:20).
- Monte Gilboa: Gilboa, donde el rey Saúl y sus hijos murieron en una batalla contra los filisteos (1 Crónicas 10:1, 8).
- Monte Hermón: Hermón, cordillera que marcó el límite norte de la conquista de Canaán (Josué 11:3, 17).
- Monte Líbano: Líbano, fuente de madera de cedro para el templo de Salomón en Jerusalén (1 Reyes 5:14, 18).
- Monte de los Olivos: El Monte de los Olivos, fue donde Jesús pronunció el discurso sobre su segunda venida (Mateo 24:3).
- Monte Pisga: Pisga, o Nebo, desde donde Moisés vio la Tierra Prometida.
- Monte Sinaí: Sinaí, u Horeb (cerca de Egipto), fue donde se le dio la Ley a Moisés (Exodo 19:2-25).