Sigue adelante el enorme proyecto de renovación del Templo de Salt Lake. Desde mi oficina, tengo un asiento en primera fila desde donde puedo observar las obras que tienen lugar en la plaza del templo.
Mientras observaba a los trabajadores desenterrar las raíces de árboles viejos, las cañerías, los cables y una fuente que filtraba agua, pensé en la necesidad de que cada uno de nosotros retire, con la ayuda del Salvador, los viejos escombros que hay en nuestra vida.